Tuesday, April 22, 2014

Saturday, June 29, 2013

The Bible and Philosophy

Works Reviewed: Yoram Hazony, The Philosophy of Hebrew Scripture, Cambridge: Cambridge University Press, 2012, 379 pages.

"Philosophy is useless, theology is worse." There are times when this warning from the Dire Straits resounds,  not prophetically, but with the banal levity of a jingle. Stuck in within the mess of neurons we once called our minds tirelessly forbidding thought or belief. It isn't a heavy nihilism though, more of a cliche than anything else. And, no doubt because there is no one else to do it, the theologians and philosophers continue to pursue their subtle movements, never quite sure whether it is a dance or a boxing match. This is done, often enough, with an eye to utility that translates philosophy into political philosophy and theology into political theology.

Politics names only one of the possible connecting points for theology and philosophy. To another we might well give the name religion, and by this we are to understand the questions that arise when approaching questions of ethics, epistemology, and being from a particular confessional tradition. Religion generally conveys the conception of deeply ingrained set of beliefs and mental practices that traverses the psyche of the individual to a much deeper level than that typically associated with politics. From a certain perspective these beliefs and practices are viewed as errant and illegitimate methods of knowing. Religion, then, becomes something opposed to the exercise of human reason and the texts associated with religion are rendered suspect. Particularly when the texts in question are portrayed as originating in a supernatural or revelatory manner.

Or so the story goes. In The Philosophy of Hebrew Scripture Yoram Hazony makes the case that the reason/revelation dichotomy has been used to marginalize the Hebrew Bible and render it obscure to the modern reader. He identifies a typology that divides literature into the camps of reason and revelation, where reason is generally associated with philosophical texts written by people like Plato or Thomas Hobbes, while the Bible is firmly counted in the revelation camp as an example of a miraculous knowledge that is to be believed on faith alone. Hazony argues against this reading, arguing that it is a view of the Hebrew Bible forged by the early Christian readings of the texts as well as by anti-Semitic tendencies in the German Enlightenment that celebrated the advent of Greek thought and sought to exclude all things Jewish from the halls of learning. Noting that even Parmenides and Plato make appeals to gods and goddesses in their philosophies, he argues that the texts of the Hebrew Bible should not be banned as examples of the pursuit of human reason simply because they use phrases like "the Lord said." Hazony then goes on to outline how one might approach the Hebrew Bible as a work of reason, and draws out an ethics, political philosophy, and epistemology from its texts.

Tuesday, May 14, 2013

Bolivia:entre amor y fantasía

Esta noche me agarro una nostalgia fuerte para Bolivia. Para la Bolivia de mi juventud, y para su música. No la música tradicional sino el rock, el híbrido. La escena musical en cual participé. Como espectador, es verdad, pero sin embargo fue parte de mi realidad, una parte que se queda, de una forma que poco entiendo, hasta ahora. Esa música, y estoy hablando específicamente de la época en cuando el rock boliviano salio de la valle de la sombra de heavy metal y nació un rock mas indígena y localizado. Indígena, pero todavía bajo el señal del imperialismo y el capitalismo. Nacido bajo el auspicio del reino de los muerte-vivientes.

Y que es la nostalgia sino una síntoma de la mala consciencia? Y yo, huyendo de Bolivia tras años y kilómetros de que tiemblo. Es simplemente que Bolivia amenaza a sus hijas? Pues, en Canadá la realidad es lo mismo. Bajo el signo del imperio todas las naciones practican el sacrificio de Moloch. Los faraones tiemblan las niñas, tiemblan lo nuevo, siempre. Lo que nació con Moisés no fue solamente otro israelita. Fue una generación híbrida; de un nuevo orden completamente. Pero híbrida; eso lo sabemos porque el infante fue criado por su madre bajo el autoridad de la princesa. La hibridad, aveces, genera lo nuevo. Por supuesto, tendrá que haber un sitio donde puede pasar un evento para tener un cambio verdadero. No es simplemente que una mezcla de productos o situaciones culturales resulta en la producción de un presente radicalizado. Cuando uno habla de nacimiento el alumbramiento de un mortinato es siempre una posibilidad. Especialmente en una cultura del aborto. Entienden, por favor, que hablo del aborto cultural, el aborto de la política, el aborto de la justicia. Pero, ni modo, no puedo administrar lo de que yo estoy culpable en las fuerzas del faraón. Siempre hay parteras, y los que huyen la responsabilidad del renacer son tan culpables como los soldados.

 Que son tus bendiciones, Bolivia? Bendiciones maldichos, que siempre son, te los agradezco. Pero siempre has sido mi penitencia, no mi refugio. Me identificaste como gringo, como agente estraño, y yo no me radicalice. No me permite identificar con tu pena y tu pasión. Yo se lo que llevo en mi alma. Ese amor primaria que me queda como presencia fantasmatica, o hasta como fantasmagoría. Y los que teman espantos son los que no han realizado la presencia de seres humanos, de seres vivientes. Eso también me regalaste Bolivia. Temor de los demonios. Es por eso, y solamente eso, que te he maldicho. Es por eso que llevo en mi corazón el deseo de venganza alado del amor. Tu no me dejaste vivir; me quede en tu presencia como fantasma, ahora te llevo igual. Yo se que no fue tu culpa. Si la culpa fuera tuya te pudiera perdonar. El culpable soy yo, culpable de no amarte fuerte. Culpable de tratarte como colonizador. Hasta hoy en día no he tratado tu memoria con el respecto que mereces. He menospreciado no solamente tu cultura, pero tus luchas. Y los he menospreciado precisamente por serte extranjero y extraño. Extranjero te fui por la naturaleza, ajeno por decisión. Tu decisión y mi decisión. Tu no me entendiste, y yo te menosprecie. Me hablaste con voz de superstición, me hablaste de satanás, de demonios, de los duendes. Condene la debilidad de tu mente, sin saber que llevaría tus demonios conmigo. Sin saber que tu espíritu, a la vez beneficente y maligno se quedaría atrapado en mi Psique. Mas que atrapado, porque es enteramente parte de la fabrica de mi ser. Que es este tumor, y yo soy el tumor. Este fantasma, y yo soy el espanto. No te puedo echar, no te puedo dejar. Tampoco no te puedo besar, no te puedo abrazar. Nos quedaremos, quizás siempre, en este lugar de los ajenos intimas. Te perdonare, quizás, y tu perdóname? Te suplico, lo que quiero es que me entiendas, deseo amarte. Deseo pasar de este lugar espiritual, y partir el pan con los seres vivientes. Los humanos no pueden vivir entre angeles y demonios. Somos carnales, seres materiales. Nuestro deseo, nuestro espíritu es el espíritu humano. Nunca fui tu dios, nunca fuiste mi demonio, ni tampoco mi ángel.

Vivientes. Hay veces que pienso que los que somos, realmente vivientes, es lo único que no fuimos. No te pido salvación. No te pido venganza. A la misma vez, si te los pido. Dame salvación. Dame venganza. Dame absolución. Te suplico, como a un cura. Pero no es la divinidad que busco, lo que busco, lo que no encuentro es la humanidad. Mas que eso, es la vida material. Basta con los espíritus, con almas desincorporados. Maldito tu espiritualidad. Tal como el mio. Yo se que es debido al protestantismo, no es solamente Boliviana. Es mi experiencia, de eso y nada mas hablo. No quiero decir que hay una esencia boliviana. Precisamente no quiero decir eso. Y he dicho que el español es mi penitencia y no mi refugio. Y porque? Los espíritus son los que inhabitan purgatorio, son los corporales que buscan refugio. Y la confianza de que saldré de purgatorio? Pues allí queda la clave de mi suplicación. El cura trabaja en signo de la cura. Solamente renacer. Amantes, enemigos, comadres, algo. Solamente quiero pasar, junto con todo lo que para mi es Bolivia, de la nostalgia y la fantasía  al amor y la comunión.